Parió sor Juana, en sazón, y muy contrita, ayunaba, y siempre rezando estaba, con sin igual devoción.
-Ved -dijo en cierta ocasión la abadesa, muy ufana- ved cómo vive sor Juana, seguid su conducta bella.
Y las monjas, bajo el manto, dijeron a esta querella:
-Viviremos como ella, cuando hagamos otro tanto
Ilustración: Alexander Novoselov
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